Los piercings orales siguen siendo relativamente comunes, y como ya llevamos muchos años con estas modas, los dentistas ya conocemos los riesgos de las mismas. Así que hoy os vamos a hablar de ellos:
- Riesgo de infección: Hemos visto muchas infecciones en la zona de la perforación. Así que aquí lo fundamental es elegir un buen sitio en el que utilicen instrumentos estériles y tengas unos buenos protocolos de higiene. Además, es muy importante luego cuidar y limpiar la zona según las indicaciones que os den.
- Rotura de dientes: Es muy habitual en pacientes que llevan piercings ver dientes rotos. Bien sea por jugar con ellos con los dientes o por un mal golpe. Así que mucho cuidado si los llevas.
- Recesión de encías: Otra de las lesiones comunes es la retracción de encías de las zonas que están en contacto con los piercings. Este hecho, no solo afecta a la estética, sino que genera hipersensibilidad dental. Así que, de nuevo, mucho cuidado al respecto, porque esa encía no se recupera por sí sola.
- Gingivitis: Al final el piercing hace que se retenga más comida y, por lo tanto, hace que se inflamen las encías. Así que en el caso de llevar uno, habría que extremar la higiene dental usando cepillo, seda dental y limpiador lingual al menos 2 veces al día.
Como podréis deducir, nosotras no podemos animaros al uso de piercings, pero si aun así los lleváis, al menos que conozcáis los riesgos y extreméis las precauciones.